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Un trabajo para mejorar las prestaciones del monoplaza Formula Student Bizkaia, con que la Escuela de Ingenieros de la UPV participa en la competición internacional Formula Student (FS), ha resultado el ganador del concurso Mejor Proyecto Fin de Carrera 2016 que organiza la propia Escuela. El proyecto ha sido desarrollado por Andoni Calvo, titulado en Ingeniería Industrial.
El equipo de FS Bizkaia que prepara la participación de la Escuela en la próxima edición de Formula Student ya está incorporando al monoplaza el desarrollo de Calvo, quien formó parte del proyecto hasta finalizar sus estudios. En su segundo año dentro del equipo, el estudiante lideró precisamente el grupo dedicado a perfeccionar la transmisión del vehículo, después fue jefe técnico de proyecto y en el último curso pasó a formar parte del departamento de I+D. “Durante estos cuatro años, el equipo se planteó la necesidad de que el monoplaza contara con dos motores eléctricos en vez de uno. Las normas de la competición exigen que la potencia máxima del vehículo sea de 80 KW y ese es el tope al que siempre hemos querido llegar, pero lograrlo con un motor es forzarlo demasiado. Es mucho mejor tratar de alcanzar esa potencia con dos motores que se repartan el esfuerzo. A su vez, contar con dos motores también permitiría mayor control dinámico del coche, como controlar la frenada de cada una de las ruedas de atrás”, dice el alumno al explicar el origen del proyecto.
Calvo decidió entonces realizar su Proyecto de Fin de Carrera dentro del propio equipo de FS Bizkaia para poder compaginar las “muchas horas metidas en el monoplaza con los requisitos académicos y para asegurarme de que mi proyecto se haría realidad. Quería que se convirtiera en algo tangible que ayudara a mejorar las prestaciones del vehículo la próxima vez que vayamos a Silverstone, que formara parte de las innovaciones con que curso a curso los alumnos tratamos de mejorar el vehículo, que fuera algo a partir de lo que mis compañeros de los siguientes años puedan trabajar”, señala.
Se centró entonces en los sistemas de transmisión. “Opté por los engranajes, que el equipo no había utilizado nunca. Dentro de éstos, me decidí por un sistema planetario, que tiene la ventaja de ocupar menos”, explica Calvo. Los sistemas de engranaje planetario (también llamados epicicloidales), están formados por uno o más engranajes externos (satélites) que rotan sobre un engranaje central (sol). Son sistemas más compactos y más resistentes que los compuestos por transmisiones manuales.
En el desarrollo del proyecto, que ha estado dirigido por el profesor Charles Pinto, también incluye el cálculo del coste de fabricación del sistema, una de las exigencias de la competición Formula Student, que obliga a plantear el desarrollo y fabricación de los monoplazas con viabilidad empresarial. El galardón está dotado con 1.500 euros.
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